La IndyCar 2021 tiene ya un nuevo campeón y, por primera vez en la historia, es un español. Álex Palou, de 24 años y natural de Barcelona, inscribió su nombre el 26 de septiembre en la lista de ganadores de esta competición, la más importante de cuantas se disputan con bólidos monoplazas en Estados Unidos y que debe su celebridad a sus muchos circuitos en forma de óvalo y a carreras legendarias como las 500 Millas de Indianápolis.
Con su triunfo, Palou se sitúa como una de las grandes figuras internacionales del automovilismo y se añade a la lista de ases del volante españoles, como Fernando Alonso y Carlos Sáinz. El piloto catalán, que compite con la escudería Ganassi, entró en cuarta posición en la prueba disputada en el circuito urbano de Long Beach, ganada por el estadounidense Colton Herta.
En California Palou defendía 35 puntos de ventaja sobre el mexicano Patricio O'Ward y empezó la carrera en la décima posición. En la primera arrancó el norteamericano Josef Newgarden, el tercer piloto en liza con aspiraciones al triunfo. Una embestida dejó a O'Ward al fondo del grupo y por momentos Newgarden era el líder.
Pero Palou mantuvo la sangre fría durante las 85 vueltas y evitó escaramuzas. Aun siendo únicamente su segunda temporada en la IndyCar, corrió como un veterano y dejó a los demás los riesgos para ganar posiciones. El resultado es que ningún bólido rozó el suyo con consecuencias graves. Le adelantó Herta, que no era una preocupación, pero vigilaba a Newgarden. En la vuelta 19, el McLaren de O'Ward se averió y el mexicano aguantó como pudo, perdiendo sus opciones de hacerse por lo menos con el subcampeonato.
Colton Herta ganó la prueba, y a Josef Newgarden el segundo puesto le resultó insuficiente de cara a la clasificación final. Escoltado en el podio final por Newgarden (2º lugar y 511 puntos) y O'Ward (3º y 487), Álex Palou (549) fue justo merecedor del título del campeonato, el cual ha liderado durante más fines de semana que ningún otro piloto, pese a sufrir en otras carreras hasta tres roturas de motor y problemas mecánicos en momentos clave, por no hablar del ímpetu característico con que se manejan los rivales en esta competición, pura tensión en las vueltas finales por las calles de Long Beach.