Desde hace varios años el Reino Unido cuenta con un plan que marca la ruta protocolaria a seguir en el país en torno a la ceremonia de despedida, conocido como London Bridge, es decir, puente de Londres, en español.Un protocolo de 10 díasEl plan contempla 10 días de acciones derivadas del fallecimiento de Isabel II, entre el deceso y su funeral, con el que se contempla atender a las multitudes, la comunicación oficial y la sucesión real.En el momento en que muera la reina, el hecho se comunicó a la primera ministra, en este caso Liz Truss, quien acaba de suceder en el cargo al renunciante Boris Johnson.La secretaría privada de Isabel II notificó a Truss el hecho, quien a su vez transmitió la información a la Oficina del Consejo Privado, a cargo de coordinar el trabajo gubernamental en torno al deceso de la monarca.Este primer día, conocido como "Día D" en el protocolo del London Bridge, marca el banderazo de salida de la agenda funeraria.Además, luego de la notificación a los gobernantes, se transmitió un comunicado oficial a la ciudadanía sobre la muerte de Isabel II. Una vez notificados los ministros, la bandera debe ondear a media asta en señal de duelo.Además, el parlamento británico suspendió su trabajo, mientras que el sitio web de la familia real se revistió de negro y publicó un comunicado que confirmó el deceso de la monarca.También los espacios digitales del Gobierno del Reino Unido colocaron recuadros negros en señal de luto. Luego, los miembros de la familia real deben explicar a la ciudadanía las actividades funerarias a desarrollarse en el país durante los siguientes días.La labor de la primera ministraLa primera ministra del Reino Unido, Liz Truss, fue la primera integrante del Gobierno en hacer una declaración oficial sobre la muerte de la reina Isabel II, y ningún integrante del gabinete debió adelantarse. El Ministerio de Defensa se hizo cargo de la emisión de detonaciones solemnes que antecedan un minuto de silencio nacional.Además, Truss se reunió con el rey en sucesión, en este caso el príncipe Carlos, quien debe dirigar unas palabras a la nación. En la Catedral de San Pablo, en Londres, se llevará a cabo un servicio religioso en memoria de la reina, con la presencia de la primera ministra y un grupo selecto de ministros.El día despuésA las 10 de la mañana del día siguiente al deceso de Isabel II, el Consejo de Ascenso al Trono debe proclamar a Carlos nuevo soberano del Reino Unido, mediante una reunión en el Palacio de Saint James. La primera ministra y centenas de funcionarios del Gobierno deben atender la coronación, mientras que los caballeros deben participar en el acto con trajes oscuros.Más adelante, el parlamento británico debe sesionar para emitir un mensaje de condolencia por el fallecimiento de la monarca, en un marco de suspensión de actividades legislativas de 10 días. A las 15:30 horas, la primera ministra y el gabinete se reunirán en su primera audiencia con el nuevo rey, en un evento en el que los ministros no deben estar acompañados de sus cónyuges. Los días siguientesEl ataúd de la reina Isabel II debe ser trasladado al Palacio de Buckingham en el segundo día posterior al fallecimiento. El féretro sería recibido por la primera ministra y otros integrantes del gobierno. El proyecto también contempla las rutas que debería seguir el ataúd de la reina en caso de que su deceso se diera fuera de Londres.En la mañana del tercer día posterior al "Día D", el rey Carlos recibirá condolencias del Palacio de Westminster, sede del parlamento británico.Por la tarde de esa misma fecha, el entonces rey Carlos debe iniciar un recorrido por el Reino Unido, empezando por el parlamento de Escocia y un servicio religioso en la Catedral Saint Giles, de Edinburgo. En el cuarto día posterior al deceso, el rey Carlos arribará a Irlanda del Norte para recibir las condolencias correspondientes.El quinto día debe llevarse a cabo una procesión del Palacio de Buckingham al parlamento británico en un ritual ceremonial por las calles de Londres, con un servicio especial que reciba el féretro real en el espacio legislativo.El ataúd de Isabel II permanecerá en el parlamento británico por tres días, abierto a visitas durante 23 horas al día.En el séptimo día posterior al deceso, el rey Carlos visitará Gales para recibir las condolencias locales en el parlamento local.El último de los diez días de protocolo contemplados por la operación London Bridge debe celebrarse un funeral de Estado en la Abadía de Westminster, en Londres, con un gesto de dos minutos de silencio nacional al mediodía.Luego de todo esto, el ataúd de la reina sería sepultado en la capilla memorial del castillo del rey Jorge VI, conocida como capilla de San Jorge.
Este 8 de septiembre el Palacio de Buckingham dio la noticia sobre la muerte de la reina Isabel II.
Desde hace varios años el Reino Unido cuenta con un plan que marca la ruta protocolaria a seguir en el país en torno a la ceremonia de despedida, conocido como London Bridge, es decir, puente de Londres, en español.
Un protocolo de 10 días
El plan contempla 10 días de acciones derivadas del fallecimiento de Isabel II, entre el deceso y su funeral, con el que se contempla atender a las multitudes, la comunicación oficial y la sucesión real.
En el momento en que muera la reina, el hecho se comunicó a la primera ministra, en este caso Liz Truss, quien acaba de suceder en el cargo al renunciante Boris Johnson.
La secretaría privada de Isabel II notificó a Truss el hecho, quien a su vez transmitió la información a la Oficina del Consejo Privado, a cargo de coordinar el trabajo gubernamental en torno al deceso de la monarca.
Este primer día, conocido como "Día D" en el protocolo del London Bridge, marca el banderazo de salida de la agenda funeraria.
Además, luego de la notificación a los gobernantes, se transmitió un comunicado oficial a la ciudadanía sobre la muerte de Isabel II. Una vez notificados los ministros, la bandera debe ondear a media asta en señal de duelo.
Además, el parlamento británico suspendió su trabajo, mientras que el sitio web de la familia real se revistió de negro y publicó un comunicado que confirmó el deceso de la monarca.
También los espacios digitales del Gobierno del Reino Unido colocaron recuadros negros en señal de luto. Luego, los miembros de la familia real deben explicar a la ciudadanía las actividades funerarias a desarrollarse en el país durante los siguientes días.
La labor de la primera ministra
La primera ministra del Reino Unido, Liz Truss, fue la primera integrante del Gobierno en hacer una declaración oficial sobre la muerte de la reina Isabel II, y ningún integrante del gabinete debió adelantarse. El Ministerio de Defensa se hizo cargo de la emisión de detonaciones solemnes que antecedan un minuto de silencio nacional.
Además, Truss se reunió con el rey en sucesión, en este caso el príncipe Carlos, quien debe dirigar unas palabras a la nación. En la Catedral de San Pablo, en Londres, se llevará a cabo un servicio religioso en memoria de la reina, con la presencia de la primera ministra y un grupo selecto de ministros.
A las 10 de la mañana del día siguiente al deceso de Isabel II, el Consejo de Ascenso al Trono debe proclamar a Carlos nuevo soberano del Reino Unido, mediante una reunión en el Palacio de Saint James. La primera ministra y centenas de funcionarios del Gobierno deben atender la coronación, mientras que los caballeros deben participar en el acto con trajes oscuros.
Más adelante, el parlamento británico debe sesionar para emitir un mensaje de condolencia por el fallecimiento de la monarca, en un marco de suspensión de actividades legislativas de 10 días. A las 15:30 horas, la primera ministra y el gabinete se reunirán en su primera audiencia con el nuevo rey, en un evento en el que los ministros no deben estar acompañados de sus cónyuges.
Los días siguientes
El ataúd de la reina Isabel II debe ser trasladado al Palacio de Buckingham en el segundo día posterior al fallecimiento. El féretro sería recibido por la primera ministra y otros integrantes del gobierno. El proyecto también contempla las rutas que debería seguir el ataúd de la reina en caso de que su deceso se diera fuera de Londres.
En la mañana del tercer día posterior al "Día D", el rey Carlos recibirá condolencias del Palacio de Westminster, sede del parlamento británico.
Por la tarde de esa misma fecha, el entonces rey Carlos debe iniciar un recorrido por el Reino Unido, empezando por el parlamento de Escocia y un servicio religioso en la Catedral Saint Giles, de Edinburgo. En el cuarto día posterior al deceso, el rey Carlos arribará a Irlanda del Norte para recibir las condolencias correspondientes.
El quinto día debe llevarse a cabo una procesión del Palacio de Buckingham al parlamento británico en un ritual ceremonial por las calles de Londres, con un servicio especial que reciba el féretro real en el espacio legislativo.
El ataúd de Isabel II permanecerá en el parlamento británico por tres días, abierto a visitas durante 23 horas al día.
En el séptimo día posterior al deceso, el rey Carlos visitará Gales para recibir las condolencias locales en el parlamento local.
El último de los diez días de protocolo contemplados por la operación London Bridge debe celebrarse un funeral de Estado en la Abadía de Westminster, en Londres, con un gesto de dos minutos de silencio nacional al mediodía.
Luego de todo esto, el ataúd de la reina sería sepultado en la capilla memorial del castillo del rey Jorge VI, conocida como capilla de San Jorge.
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