Iniciativa de Biden-AMLO-Trudeau prosperaría si "EEUU acaba con el intervencionismo sistemático"
Iniciativa de Biden-AMLO-Trudeau prosperaría si "EEUU acaba con el intervencionismo sistemático"
Sputnik Mundo
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció que uno de los acuerdos de su diálogo con sus pares de Estados Unidos y Canadá, Joe Biden y... 11.01.2023, Sputnik Mundo
El objetivo, expresó el mandatario latinoamericano flanqueado por Biden y Trudeau en Ciudad de México, es fortalecer las relaciones económicas y comerciales de los tres países, además de procurar una mayor autosuficiencia y convertir el flujo norteamericano en una oportunidad de desarrollo, cooperación y bienestar derramada en todos los países del continente americano.Sputnik conversó con el doctor en economía Óscar Rojas, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especializado en el análisis político de factores económicos, para profundizar en los alcances e intenciones secundarias de la estrategia propuesta por López Obrador desde el Palacio Nacional, sede del poder ejecutivo federal mexicano.Un proyecto viable, pero difícilLa estrategia de sustitución de importaciones en Norteamérica es viable, pero desafiante, reconoce el economista, entre otros factores porque las dimensiones de las economías canadiense, mexicana y estadounidense son muy distintas."Como ya hay toda una integración previa, se puede hacer también el análisis sectorial, es decir, cuáles son las ventajas que se tienen comparativas en la región y proceder en ese sentido, lo importante aquí es equilibrar el proceso de importación de productos asiáticos", apunta.Anteriormente, recuerda Rojas, López Obrador había advertido a Biden y Trudeau que, de no fortalecer sus potenciales económicos en común, la región norteamericana podría verse fácilmente rebasada por China, cuyo mercado va en ascenso y cuyo Producto Interno Bruto (PIB) es el segundo más grande del planeta, según cifras del Banco Mundial, solo superado precisamente por el estadounidense.En ese sentido, la propuesta presidencial mexicana abre una oportunidad estratégica que trascienda el piso ya existente mediante el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).¿Respuesta al BRICS?En un momento de ascenso del mercado chino, el gigante asiático ha procurado fortalecer su alianza comercial con la India, Rusia, Sudáfrica y Brasil, un bloque identificado como el BRICS al que, además, podrían sumarse países como Argentina y Argelia.En su proceso de ascenso a la presidencia brasileña, por ejemplo, el líder metalúrgico Luiz Inacio Lula da Silva reconoció que China es el principal socio comercial de Brasil, la más grande economía de la región latinoamericana, seguida por México.Además, China multiplica sus enlaces e intercambios comerciales con distintas regiones del mundo, incluidos los países africanos, en un esquema identificado por el análisis internacional como la nueva Ruta de la Seda.Ante ese escenario, considera Rojas, el llamado de López Obrador a Trudeau y Biden puede entenderse como una respuesta estratégica al fortalecimiento del BRICS. "Yo creo que sí va a ser difícil, porque además Estados Unidos y Canadá están acostumbrados a imponer condiciones, pero de hecho es una de las vías que se tienen que intentar", apunta."Creo que no es tanto si es viable o no, sino yo diría que es necesario" el proyecto de autosustentabilidad norteamericana que planteó López Obrador, abunda.Objetivos a medio plazoPese a la oportunidad estratégica de este propósito económico planteado en Ciudad de México, Rojas reconoce que se trataría de un esfuerzo a medio plazo, en un escenario donde Estados Unidos figura como uno de los principales compradores de mercancías de países como Ecuador o el mismo Brasil, donde si bien domina China, el segundo comprador más importante es el norteamericano, de acuerdo con datos del Observatorio de Complejidad Económica.Renunciar a la desestabilización regionalOtra de las claves de la interpelación de López Obrador a Biden, apunta el economista político, es que para que prospere este proyecto de integración comercial norteamericana y luego en el hemisferio occidental, Washington debe renunciar a su tendencia a desestabilizar Gobiernos de la región.Históricamente, desde el temprano siglo XIX y hasta la actualidad, Estados Unidos ha ejercido directa o indirectamente un intervencionismo militar, económico y político contra los países de América Latina y el Caribe, con golpes de Estado frontales como el de Guatemala en 1954 o el de Panamá en 1989, o bien mediante el apoyo a regímenes militares en países como Chile, Argentina, Uruguay y Brasil, entre muchas otras acciones durante básicamente dos siglos.El economista egresado de la UNAM subraya que el presidente mexicano apuntó a su par estadounidense que no puede mantener esta tendencia intervencionista si se busca desarrollar la integración regional con base en ejercicios políticos y económicos estables."No se puede hacer una homogeneización o un grupo económico si hay sistemáticamente problemas de golpes de Estado y de todo el tipo de gestión de la democracia liberal marca OEA (Organización de los Estados Americanos)", apunta."Entonces, para empezar se tiene que estabilizar el entendimiento de que no podemos ya admitir estos tradicionales Gobiernos de derecha que están sistemáticamente viendo para sus intereses de clase, particulares", considera Rojas, por lo que es necesaria la estabilización política de la región que derive en una reestructuración social.El asunto, describe el economista, no nada más compete a la justicia social, sino también a la competencia económica."Si tú tienes un país pauperizado no vas a poder efectuar políticas nacionales y mucho menos regionales", pondera, lo que desafía a Latinoamérica a regular sus desigualdades fiscales y sociales.De la OEA a la CELACLa OEA ha sido criticada por distintos analistas políticos, incluido el poeta y activista salvadoreño Roque Dalton o el canciller mexicano Marcelo Ebrard, como un organismo intervencionista que, radicado en Washington, ha velado por defender los intereses estadounidenses en la región.En ese sentido, estima Rojas, para lograr una articulación cooperativa regional eficaz sería necesario el protagonismo de nuevos cuerpos de intercambio multilateral, como el rol que podría jugar la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en la ejecución de este proyecto autonomista trazado por López Obrador."Cuando la oligarquía ve afectados sus privilegios, de ninguna manera acepta los resultados por más democráticos que sean, entonces CELAC es la vía", sintetiza.
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Iniciativa de Biden-AMLO-Trudeau prosperaría si "EEUU acaba con el intervencionismo sistemático"
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció que uno de los acuerdos de su diálogo con sus pares de Estados Unidos y Canadá, Joe Biden y Justin Trudeau, respectivamente, es conformar un comité de sustitución de importaciones en América del Norte.
El objetivo, expresó el mandatario latinoamericano flanqueado por Biden y Trudeau en Ciudad de México, es fortalecer las relaciones económicas y comerciales de los tres países, además de procurar una mayor autosuficiencia y convertir el flujo norteamericano en una oportunidad de desarrollo, cooperación y bienestar derramada en todos los países del continente americano.
Sputnik conversó con el doctor en economía Óscar Rojas, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especializado en el análisis político de factores económicos, para profundizar en los alcances e intenciones secundarias de la estrategia propuesta por López Obrador desde el Palacio Nacional, sede del poder ejecutivo federal mexicano.
La estrategia de sustitución de importaciones en Norteamérica es viable, pero desafiante, reconoce el economista, entre otros factores porque las dimensiones de las economías canadiense, mexicana y estadounidense son muy distintas.
"Como ya hay toda una integración previa, se puede hacer también el análisis sectorial, es decir, cuáles son las ventajas que se tienen comparativas en la región y proceder en ese sentido, lo importante aquí es equilibrar el proceso de importación de productos asiáticos", apunta.
Anteriormente, recuerda Rojas, López Obrador había advertido a Biden y Trudeau que, de no fortalecer sus potenciales económicos en común, la región norteamericana podría verse fácilmente rebasada por China, cuyo mercado va en ascenso y cuyo Producto Interno Bruto (PIB) es el segundo más grande del planeta, según cifras del Banco Mundial, solo superado precisamente por el estadounidense.
En ese sentido, la propuesta presidencial mexicana abre una oportunidad estratégica que trascienda el piso ya existente mediante el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
En un momento de ascenso del mercado chino, el gigante asiático ha procurado fortalecer su alianza comercial con la India, Rusia, Sudáfrica y Brasil, un bloque identificado como el BRICS al que, además, podrían sumarse países como Argentina y Argelia.
En su proceso de ascenso a la presidencia brasileña, por ejemplo, el líder metalúrgico Luiz Inacio Lula da Silva reconoció que China es el principal socio comercial de Brasil, la más grande economía de la región latinoamericana, seguida por México.
Ante ese escenario, considera Rojas, el llamado de López Obrador a Trudeau y Biden puede entenderse como una respuesta estratégica al fortalecimiento del BRICS. "Yo creo que sí va a ser difícil, porque además Estados Unidos y Canadá están acostumbrados a imponer condiciones, pero de hecho es una de las vías que se tienen que intentar", apunta.
"Creo que no es tanto si es viable o no, sino yo diría que es necesario" el proyecto de autosustentabilidad norteamericana que planteó López Obrador, abunda.
Objetivos a medio plazo
Pese a la oportunidad estratégica de este propósito económico planteado en Ciudad de México, Rojas reconoce que se trataría de un esfuerzo a medio plazo, en un escenario donde Estados Unidos figura como uno de los principales compradores de mercancías de países como Ecuador o el mismo Brasil, donde si bien domina China, el segundo comprador más importante es el norteamericano, de acuerdo con datos del Observatorio de Complejidad Económica.
Otra de las claves de la interpelación de López Obrador a Biden, apunta el economista político, es que para que prospere este proyecto de integración comercial norteamericana y luego en el hemisferio occidental, Washington debe renunciar a su tendencia a desestabilizar Gobiernos de la región.
Históricamente, desde el temprano siglo XIX y hasta la actualidad, Estados Unidos ha ejercido directa o indirectamente un intervencionismo militar, económico y político contra los países de América Latina y el Caribe, con golpes de Estado frontales como el de Guatemala en 1954 o el de Panamá en 1989, o bien mediante el apoyo a regímenes militares en países como Chile, Argentina, Uruguay y Brasil, entre muchas otras acciones durante básicamente dos siglos.
El economista egresado de la UNAM subraya que el presidente mexicano apuntó a su par estadounidense que no puede mantener esta tendencia intervencionista si se busca desarrollar la integración regional con base en ejercicios políticos y económicos estables.
"No se puede hacer una homogeneización o un grupo económico si hay sistemáticamente problemas de golpes de Estado y de todo el tipo de gestión de la democracia liberal marca OEA (Organización de los Estados Americanos)", apunta.
"Entonces, para empezar se tiene que estabilizar el entendimiento de que no podemos ya admitir estos tradicionales Gobiernos de derecha que están sistemáticamente viendo para sus intereses de clase, particulares", considera Rojas, por lo que es necesaria la estabilización política de la región que derive en una reestructuración social.
El asunto, describe el economista, no nada más compete a la justicia social, sino también a la competencia económica.
"Si tú tienes un país pauperizado no vas a poder efectuar políticas nacionales y mucho menos regionales", pondera, lo que desafía a Latinoamérica a regular sus desigualdades fiscales y sociales.
La OEA ha sido criticada por distintos analistas políticos, incluido el poeta y activista salvadoreño Roque Dalton o el canciller mexicano Marcelo Ebrard, como un organismo intervencionista que, radicado en Washington, ha velado por defender los intereses estadounidenses en la región.
En ese sentido, estima Rojas, para lograr una articulación cooperativa regional eficaz sería necesario el protagonismo de nuevos cuerpos de intercambio multilateral, como el rol que podría jugar la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en la ejecución de este proyecto autonomista trazado por López Obrador.
"Y que entonces, en ese sentido, se acabe con el intervencionismo sistemático que han hecho Estados Unidos y que también se revelen las diversas facciones locales de las burguesías nacionales", apunta, con mucha fuerza en países como México o Brasil.
"Cuando la oligarquía ve afectados sus privilegios, de ninguna manera acepta los resultados por más democráticos que sean, entonces CELAC es la vía", sintetiza.
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