¿Adoptar un ajolote? Una campaña universitaria para salvar a este anfibio mexicano | Video
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Sputnik Mundo
Cuando Nanahuatzin y Tecuciztécatl se sacrificaron para convertirse en el Sol y la Luna, respectivamente, el resto de las deidades mexicas decidió seguir su... 28.02.2023, Sputnik Mundo
Desde entonces, el ajolote —Ambystoma mexicanum—, una asombrosa salamandra originaria y endémica de la cuenca de Xochimilco, en el sur de la Ciudad de México, es conocido como el dios que escapó de la muerte. Pero la suerte de Xólotl parece haber dado un giro. En 2014, científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) descubrieron que su población se redujo drásticamente. De los 6.000 ejemplares por kilómetro cuadrado que en 1988 nadaban en los humedales de la zona, actualmente solo existen 36.El turismo irresponsable, la contaminación, el mal estado del agua provocado por las descargas de aguas residuales en el canal, así como las especies introducidas son las principales causas de la problemática. En la década de 1970, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por su sigla en inglés) promovió la introducción de carpas y tilapias para, supuestamente, aumentar la oferta de alimentos ricos en proteína en los países pobres. El Gobierno mexicano decidió seguir la recomendación, aun cuando ambas especies son consideradas exóticas invasoras, además de que su tasa de crecimiento y de reproducción es muy rápida.Como consecuencia, ambas especies representan hoy el 98% de todo lo existente dentro del lago de Xochimilco, mientras que solo 2% corresponde a especies nativas, incluido el ajolote, al que estos peces empezaron a depredar, especialmente a los jóvenes y a los huevos, que son lo que más les interesa como parte de su dieta.Recuperar el hábitat del ajoloteDe acuerdo con Vázquez Mota, en los últimos años ha incrementado la idea de que para conservar a las especies, en este caso al ajolote, es posible tenerlas como mascota o en peceras. Sin embargo, por sí mismas, las especies están ligadas a un hábitat. Por ello, si lo que queremos es lograr la conservación del ajolote mexicano, “con toda la integridad que eso conlleva, hay que trabajar en la recuperación de su hábitat”.Precisamente, una de las tareas que el Laboratorio de Restauración realiza tiene que ver con regresar al origen del ajolote: Xochimilco, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por su sigla inglesa) en 1987.Mediante el proyecto Chinampa-Refugio, el Laboratorio trabaja de la mano de hombres y mujeres que tienen una chinampa, a quienes se les da acompañamiento para rehabilitar, en caso de que no tengan producción, y para restablecer o abrir canales secundarios dentro de estos terrenos de cultivo. Dadas las condiciones de los canales de Xochimilco, fue necesario instalar biofiltros que ayudan a disminuir los metales pesados y contaminantes en el agua, mientras impiden el paso de las especies exóticas.El biofiltro, explica Vázquez Mota, consiste en la siembra de plantas acuáticas nativas de la zona que al crecer forman una barrera de 1,5 metros corriente a lo largo de la Chinampa-Refugio, y cuya función es doble: filtrar los contaminantes del agua de los canales y ser una barrera física que impide el paso de carpas y tilapias. “A la par que trabajamos con los productores para que todos lleven estándares agroecológicos o prácticas sin el uso de agroquímicos, la calidad del agua se ve beneficiada y eso genera las condiciones adecuadas para poder tener ajolotes en el sitio”, comenta.Adicionalmente, el Laboratorio posee una colonia de aproximadamente 180 ajolotes que más adelante serán reintroducidos para su reproducción natural en un hábitat sano. “Al día de hoy, ya hay productores que tienen ajolotes dentro de sus chinampas, sin embargo, es difícil verlos. La gente cuando va, esperaría ver al ajolote (...) Pero justamente por cuestiones de que luego esto se puede volver un poco riesgoso, pues no revelamos la localización de los ajolotes, pero están dentro de algunas de las chinampas-refugio con las que ya trabajamos”, precisa la bióloga.'AdoptAxolot', la campaña para salvar a esta salamandraRehabilitar un refugio y darle mantenimiento es muy costoso, comparte la bióloga, que está por obtener su título de maestría con una investigación acerca del costo-beneficio de los refugios-chinampa. "El proyecto ya lleva muchos años, se ha trabajado en colaboración con los chinamperos, se han hecho muchos ajustes, hemos aprendido mucho en ambas partes, entonces lo que sigue es pensar cómo podemos hacer para que el proyecto sea autosostenible a largo plazo", apunta.Fue así como nació la campaña AdoptAxolotl, cuyo objetivo principal es que la ciudadanía se involucre en el cuidado del ajolote de una forma mucho más activa, más allá de solo mirarlos en una pecera o tenerlos de mascota “porque tendemos a pensar que eso es conservación”, explica Vázquez Mota. Existen varias opciones para apoyar, como adoptar un ajolote de forma virtual por un mes (32,64 dólares), seis (195,83 dólares) o hasta 12 (391,67 dólares). Además, se puede “tunear” el refugio (54,40 dólares) o simplemente invitar a cenar a los animalitos (10,88 dólares).Una vez que se realiza el pago, la UNAM envía un kit digital con un certificado de adopción, postales e infografías sobre los refugios y los ajolotes. Además, quien adopte uno de estos anfibios tiene la posibilidad de elegir el sexo del animalito y hasta nombrarlo. Para participar en la campaña se puede ingresar directamente en la página de Restauración Ecológica o directamente en la tienda en línea de la UNAM (www.restauracionecologica.org).
Cuando Nanahuatzin y Tecuciztécatl se sacrificaron para convertirse en el Sol y la Luna, respectivamente, el resto de las deidades mexicas decidió seguir su ejemplo. Pero uno de ellos le tuvo miedo a la muerte: Xólotl, hermano gemelo de Quetzalcóatl, entonces se transformó en maíz, en maguey y, finalmente, en ajolote, para evadir el sacrificio.
Pero la suerte de Xólotl parece haber dado un giro. En 2014, científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) descubrieron que su población se redujo drásticamente. De los 6.000 ejemplares por kilómetro cuadrado que en 1988 nadaban en los humedales de la zona, actualmente solo existen 36.
El turismo irresponsable, la contaminación, el mal estado del agua provocado por las descargas de aguas residuales en el canal, así como las especies introducidas son las principales causas de la problemática.
En la década de 1970, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por su sigla en inglés) promovió la introducción de carpas y tilapias para, supuestamente, aumentar la oferta de alimentos ricos en proteína en los países pobres. El Gobierno mexicano decidió seguir la recomendación, aun cuando ambas especies son consideradas exóticas invasoras, además de que su tasa de crecimiento y de reproducción es muy rápida.
Como consecuencia, ambas especies representan hoy el 98% de todo lo existente dentro del lago de Xochimilco, mientras que solo 2% corresponde a especies nativas, incluido el ajolote, al que estos peces empezaron a depredar, especialmente a los jóvenes y a los huevos, que son lo que más les interesa como parte de su dieta.
"La gente que vive o que trabaja dentro de esta zona realmente no le da una importancia económica a estos peces [la carpa y la tilapia] y por las condiciones del lago y la contaminación que hay, tampoco son aptos para consumo humano", cuenta en entrevista para Sputnik la bióloga Diana Laura Vázquez Mota, miembro del Laboratorio de Restauración Ecológica del Instituto de Biología de la UNAM, que desde hace 20 años trabaja para rescatar Xochimilco y contribuir a la conservación del anfibio.
Recuperar el hábitat del ajolote
De acuerdo con Vázquez Mota, en los últimos años ha incrementado la idea de que para conservar a las especies, en este caso al ajolote, es posible tenerlas como mascota o en peceras. Sin embargo, por sí mismas, las especies están ligadas a un hábitat. Por ello, si lo que queremos es lograr la conservación del ajolote mexicano, “con toda la integridad que eso conlleva, hay que trabajar en la recuperación de su hábitat”.
Precisamente, una de las tareas que el Laboratorio de Restauración realiza tiene que ver con regresar al origen del ajolote: Xochimilco, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por su sigla inglesa) en 1987.
Mediante el proyecto Chinampa-Refugio, el Laboratorio trabaja de la mano de hombres y mujeres que tienen una chinampa, a quienes se les da acompañamiento para rehabilitar, en caso de que no tengan producción, y para restablecer o abrir canales secundarios dentro de estos terrenos de cultivo.
Dadas las condiciones de los canales de Xochimilco, fue necesario instalar biofiltros que ayudan a disminuir los metales pesados y contaminantes en el agua, mientras impiden el paso de las especies exóticas.
"El proyecto de Chinampa-Refugio ha trabajado con más de 30 productores (...) Hay más de 40 chinampas rehabilitadas —porque un productor puede tener varias chinampas y crear varios refugios dentro de una sola— y se han habilitado más de cinco kilómetros lineales de canales dentro de Xochimilco", precisa la científica.
El biofiltro, explica Vázquez Mota, consiste en la siembra de plantas acuáticas nativas de la zona que al crecer forman una barrera de 1,5 metros corriente a lo largo de la Chinampa-Refugio, y cuya función es doble: filtrar los contaminantes del agua de los canales y ser una barrera física que impide el paso de carpas y tilapias.
“A la par que trabajamos con los productores para que todos lleven estándares agroecológicos o prácticas sin el uso de agroquímicos, la calidad del agua se ve beneficiada y eso genera las condiciones adecuadas para poder tener ajolotes en el sitio”, comenta.
Adicionalmente, el Laboratorio posee una colonia de aproximadamente 180 ajolotes que más adelante serán reintroducidos para su reproducción natural en un hábitat sano.
“Al día de hoy, ya hay productores que tienen ajolotes dentro de sus chinampas, sin embargo, es difícil verlos. La gente cuando va, esperaría ver al ajolote (...) Pero justamente por cuestiones de que luego esto se puede volver un poco riesgoso, pues no revelamos la localización de los ajolotes, pero están dentro de algunas de las chinampas-refugio con las que ya trabajamos”, precisa la bióloga.
'AdoptAxolot', la campaña para salvar a esta salamandra
Rehabilitar un refugio y darle mantenimiento es muy costoso, comparte la bióloga, que está por obtener su título de maestría con una investigación acerca del costo-beneficio de los refugios-chinampa.
"El proyecto ya lleva muchos años, se ha trabajado en colaboración con los chinamperos, se han hecho muchos ajustes, hemos aprendido mucho en ambas partes, entonces lo que sigue es pensar cómo podemos hacer para que el proyecto sea autosostenible a largo plazo", apunta.
Fue así como nació la campaña AdoptAxolotl, cuyo objetivo principal es que la ciudadanía se involucre en el cuidado del ajolote de una forma mucho más activa, más allá de solo mirarlos en una pecera o tenerlos de mascota “porque tendemos a pensar que eso es conservación”, explica Vázquez Mota.
Existen varias opciones para apoyar, como adoptar un ajolote de forma virtual por un mes (32,64 dólares), seis (195,83 dólares) o hasta 12 (391,67 dólares). Además, se puede “tunear” el refugio (54,40 dólares) o simplemente invitar a cenar a los animalitos (10,88 dólares).
Una vez que se realiza el pago, la UNAM envía un kit digital con un certificado de adopción, postales e infografías sobre los refugios y los ajolotes. Además, quien adopte uno de estos anfibios tiene la posibilidad de elegir el sexo del animalito y hasta nombrarlo. Para participar en la campaña se puede ingresar directamente en la página de Restauración Ecológica o directamente en la tienda en línea de la UNAM (www.restauracionecologica.org).
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