¿Es posible saber cómo las neuronas del cerebro producen la conciencia?
20:46 GMT 28.07.2023 (actualizado: 21:12 GMT 28.07.2023)
© AFP 2023 / Handout
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El tema de la conciencia continúa siendo un problema de difícil formulación para la filosofía; sin embargo, si se lograra desentrañarlo, conseguiríamos una comprensión más profunda de la realidad, comentó en entrevista para Sputnik el filósofo mexicano Axel Arturo Barceló Aspeitia.
A finales de junio, durante la vigésimo sexta reunión anual de la Asociación para el Estudio Científico de la Conciencia (ASSC, por sus siglas en inglés) —que se llevó a cabo en la Universidad de Nueva York—, el filósofo australiano David Chalmers ganó una peculiar apuesta: 25 años atrás, al calor de los tragos en un bar alemán, el neurocientífico francoestadounidense Christof Koch le aseguró que, en el 2023, la ciencia lograría descifrar los mecanismos mediante los cuales las neuronas producen la conciencia.
25 years ago, Christof Koch and @davidchalmers42 made a bet on consciousness. It was settled at #ASSC26 @ASSC26nyc @theASSC, with a little help from @FoFramsteg. Here’s the after talk:https://t.co/FNYJeb0hJe@heather_berlin@melanieboly@StanDehaene@nyuconscious @Liad_Mudrik
— Per Snaprud (@snaprud) July 4, 2023
Entonces Koch comenzaba sus investigaciones sobre las huellas neuronales de la conciencia, echando mano de los avances tecnológicos del momento, como la imagen por resonancia magnética funcional (IRMf) y la optogenética, que combina métodos genéticos y ópticos para manejar neuronas utilizando luz como agente inductor.
Siendo profesor adjunto en el Instituto Tecnológico de California, el joven investigador era muy entusiasta, así que creyó que el asunto podría resolverse en el mediano plazo. "Pensé: ¿dentro de 25 años? Ningún problema", aseguró.
Así pasó el tiempo y la apuesta del científico parecía haber sido olvidada, hasta que el periodista de ciencia Per Snaprud, que entrevistó a Chalmers a finales de la década de 1990, volvió a mencionar el tema.
Así pasó el tiempo y la apuesta del científico parecía haber sido olvidada, hasta que el periodista de ciencia Per Snaprud, que entrevistó a Chalmers a finales de la década de 1990, volvió a mencionar el tema.
25 de noviembre 2022, 17:40 GMT
Fue así como, después de comparar los resultados de seis experimentos que ponen a prueba algunas de las principales teorías de la base cerebral de la conciencia, Chalmers fue declarado vencedor en el encuentro de la ASSC.
"Siempre fue una apuesta relativamente buena para mí y audaz para Cristof", declaró el filósofo, quien hoy es codirector del Centro para la Mente, el Cerebro y la Conciencia de la Universidad de Nueva York.
Sin embargo, el australiano —famoso por acuñar en 1995 la expresión del problema difícil de la conciencia, que alude a la dificultad de explicar la razón de las experiencias subjetivas— reconoció que este no es el final y que, con el tiempo, llegará una respuesta, puesto que "se ha avanzado mucho en este campo".
El estudio de la estructura de la realidad
¿Qué hacen los filósofos en el campo de la conciencia y cómo abordan este problema histórico? Sputnik conversó con el académico titular del Instituto de Investigaciones Filosóficas (IIF) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Axel Barceló, quien detalló que la rama que estudia más directamente dicho asunto es la filosofía de la mente, la cual, a su vez, es una especialización de una rama más grande llamada metafísica.
22 de abril 2020, 13:54 GMT
Dicha disciplina, a decir de Barceló, se dedica a estudiar la estructura de la realidad, específicamente la forma en la que se relacionan entre sí los distintos tipos de sucesos y entidades. En ese sentido, detalla el filósofo, la metafísica es relevante porque "la realidad parece ser muy heterogénea y es muy difícil explicar cómo se relacionan unas partes con otras".
"Una de las partes más difíciles es explicar qué papel juega la mente en el resto de la realidad, porque tú puedes ver que hay cosas físicas muy claras, pero no queda claro cómo se relaciona lo físico con lo mental, por eso es que dentro de la metafísica hay un área tan grande que se dedica solamente a estudiar la mente, porque la mente es algo bastante sui géneris —peculiar— dentro de toda la realidad", dijo Barceló.
Lejos de encontrar el puente entre la conciencia y el cerebro
Ahora bien, en opinión del investigador, el atributo de la mente que más ha asombrado y extrañado a los filósofos es que es consciente.
Es decir, "la mente no es solamente procesar información, recibir insumos perceptuales, ver qué hay allá fuera en el mundo, pensarlo, memorizarlo, procesarlo, inferir —eso hacemos, por supuesto, es una parte muy importante de la mente y más o menos es fácil de entender, hemos dedicado mucho tiempo a estudiar esa parte—, pero lo que es extraño es que, aparte de eso, la mente siente, se da cuenta de lo que está haciendo ella misma".
"Nosotros somos capaces de reflexionar, pensar sobre lo que pensamos", argumenta el filósofo, y ejemplifica: "si yo veo un cuadro hermoso, no es que simplemente esté recibiendo la información de que ese cuadro es hermoso, aparte siento esa belleza y ese sentir, que es como extra, es lo que es difícil de explicar".
Precisamente esa complejidad de la mente es la que da pie a la distancia entre quienes estudian la conciencia de una manera empírica y los filósofos, a pesar de que cada vez es más común que estos últimos aprendan de neurofisiología y ciencias cognitivas.
En ese sentido, en opinión de Barceló, mientras que los científicos tratan de encontrar indicios de la conciencia al estudiar la parte fisiológica del cerebro, los filósofos van en la dirección contraria.
"[Los filósofos] primero tratamos de entender la conciencia en sí misma, para después ver si es posible acercarse a una base física, a una base fisiológica", declara el investigador.
"Sabemos suficiente de la complejidad de la mente para darnos cuenta de (...) que estamos muy muy muy muy lejos de encontrar ese puente —si es que no existe— entre la fisiología del cerebro y el fenómeno de la conciencia".
Un afán unificador
Por otro lado, Barceló Azpeitia considera que a los científicos no les gusta que lo mental parezca estar ahí como un ámbito separado de la realidad, sui géneris, que parece obedecer a leyes distintas a las de la física. Por esa razón, asegura, es que es tan importante para la ciencia que los fenómenos mentales tengan una explicación fisiológica, biológica o física.
Para explicarse, el filósofo pone como ejemplo el trabajo que implica dar una entrevista como la concedida a Sputnik.
"En este momento, tengo que decidir qué palabras te digo, entonces reflexiono, busco en mi memoria qué es lo que me acuerdo sobre la conciencia, estoy haciendo todos estos procesos mentales". Sin embargo, a pesar de ser capaz de describir el proceso mental en un lenguaje muy sencillo, Barceló asegura que eso no explica las causas fisiológicas de sus pensamientos.
"Por eso es que parece que esos fenómenos son de un tipo distinto y eso es lo que no les gusta [a los científicos]. Lo que se quiere (...) es decir: 'okay, eso es una manera de hablar de lo que te está pasando, pero en el fondo lo que realmente está pasando es que en tu cerebro se están activando ciertas zonas, están haciendo sinapsis cierto tipo de neuronas'", apunta.
Dicho de otra manera, a los científicos los motiva un afán unificador, "hasta cierto punto reduccionista", pues buscan equiparar el mundo mental con el mundo físico.
"Quieren unificarlos, explicar cómo se relacionan, porque claramente se relacionan, es decir, si tengo sed, probablemente hay una causa fisiológica, necesito agua y mi aparato fisiológico está hecho de tal manera que genera ese tipo de sensación".
"Quieren unificarlos, explicar cómo se relacionan, porque claramente se relacionan, es decir, si tengo sed, probablemente hay una causa fisiológica, necesito agua y mi aparato fisiológico está hecho de tal manera que genera ese tipo de sensación".
No obstante, para la filosofía la pregunta sigue siendo cómo se relacionan los pensamientos con el mundo, pues aunque es obvio que hay relaciones causales entre la mente y nuestras acciones y, por lo mismo, entre pensamientos y cosas físicas, "¿cómo es posible que nuestros pensamientos sean acerca de cosas que pueden estar en el mundo o nada más en nuestra mente?", cuestiona el investigador en filosofía.
Una mayor comprensión de la realidad
Con todo, el académico de la UNAM considera que, aun cuando para la filosofía continúa siendo un problema que hasta es difícil formular, si la ciencia consiguiera descubrir la base fisiológica de la conciencia "se lograría una comprensión más profunda de la realidad, habríamos resuelto un problema que ha sido complicado durante mucho tiempo, se satisfaría nuestra conciencia, pero hasta ahí".
"Yo creo que eso ya es suficiente, pero mucha gente piensa que pasaría algo más —yo no—, que cambiaría nuestra concepción sobre qué somos como seres humanos, porque mucha gente piensa que el carácter sui géneris de lo mental está ligado, de alguna manera, con el carácter sui géneris de lo humano —o por lo menos de lo vivo, porque también hay mentes no humanas, mentes animales—", apunta.
"Entonces, mucha gente piensa que parte de la razón por la cual, por ejemplo, nos debemos ciertas cosas los unos a los otros, moralmente, políticamente, están ligadas a ese valor especial que tenemos como seres con conciencia", comenta.
Es decir, si resulta que la conciencia en realidad es un fenómeno físico igual que los arcoiris o los imanes, asegura el filósofo, muchos temen que eso se convierta en un pretexto para devaluar la vida o la existencia. "Para mucha gente esto también está ligado a qué nos dice acerca de quiénes somos".
"Es decir, si todo lo que hacemos es un fenómeno físico causal igual que lo que hace una roca o el agua al correr, si tú piensas que es el mismo tipo de suceso un acto que una cosa, pues vas a tener una visión de lo que es ser humano que va a ser distinta que si piensas que hay algo especial en la acción, por eso es que a mucha gente le interesa tanto entender el fenómeno", puntualiza.
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