"Los problemas de Hunter Biden no dan señales de desaparecer"
"Los problemas de Hunter Biden no dan señales de desaparecer"
Sputnik Mundo
De esta manera tituló The Economist su más reciente artículo sobre la saga de escándalos judiciales en torno al hijo del presidente de Estados Unidos. La... 12.09.2023, Sputnik Mundo
Tal como se esperaba, este martes 12 de septiembre el líder republicano del Congreso, Kevin McCarthy, anunció la apertura de una investigación para iniciar un juicio político al presidente Joe Biden, debido a su presunta implicación en los negocios en el exterior de su hijo Hunter Biden, cuando el actual mandatario ocupaba la vicepresidencia del país, durante la gestión de Barack Obama.Si bien el control del Senado por parte del oficialismo sugiere que el impeachment de Biden tiene pocas chances de tener éxito (como tampoco prosperaron los dos juicios políticos contra Donald Trump impulsados por los demócratas durante el mandato del republicano), este nuevo capítulo en la trama sobre la supuesta conducta criminal de Hunter Biden —quien a fin de mes será imputado por la Fiscalía de EEUU por delitos fiscales y la compra de un arma mientras estaba en tratamiento por adicción a las drogas— exhibe el creciente riesgo político y judicial de un escándalo de corrupción que la Administración demócrata había buscado sin éxito evitar por todos los medios. de cara a las elecciones generales del 2024.En ese sentido, el semanario The Economist afirma en un artículo que el caso incluye demasiados detalles "incómodos" para la Casa Blanca en su intento de despegar a Joe Biden de la conducta criminal de su hijo, especialmente en relación a su trabajo como cabildero de firmas chinas y ucranianas.Entre los aspectos sospechosos de la trama, la revista británica señala el uso de tres seudónimos por parte del entonces vicepresidente para discutir con Hunter en correos electrónicos asuntos ligados a lo que llaman las "cuestionadas prácticas comerciales de su hijo".El medio recuerda que el el presidente republicano del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, James Comer, que ha estado investigando las actividades de Hunter Biden desde enero, viene solicitado desde mediados de agosto que se le entreguen los correos electrónicos intercambiados entre padre e hijo.Su argumento, explican, es que estos mensajes digitales demostrarán que Biden, de hecho, sabía en detalle lo que hacía su hijo en su rol entre 2014 y 2019 como miembro de la junta directiva de Burisma, una empresa ucraniana de petróleo y gas. Según Comer, un email que ya se encontró en la computadora portátil de Hunter muestra que "Joe Biden estaba usando un seudónimo y le copió a su hijo sobre una transacción turbia". Por todo ello, la revista asegura que el escándalo de corrupción en torno a Hunter Biden no muestra signos de agotarse, añadiendo que además es posible que el hijo del presidente de EEUU sea acusado de otros delitos por la Fiscalía, como ejercer el trabajo de cabildero para un Gobierno extranjero sin estar registrado como exige la ley estadounidense.Este vendaval de malas noticias judiciales y sospechas sobre su propio comportamiento ya está dañando la imagen del mandatario, según apunta el medio. De acuerdo con una encuesta de CNN, tres quintas partes de los estadounidenses creen que Joe Biden estuvo involucrado en los negocios de Hunter, una mala señal para sus aspiraciones reeleccionistas del año próximo.
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"Los problemas de Hunter Biden no dan señales de desaparecer"
De esta manera tituló The Economist su más reciente artículo sobre la saga de escándalos judiciales en torno al hijo del presidente de Estados Unidos. La publicación señala que hay demasiados detalles sobre el accionar de Joe Biden que justifican la desconfianza sobre su involucramiento en negocios ilegales.
Tal como se esperaba, este martes 12 de septiembre el líder republicano del Congreso, Kevin McCarthy, anunció la apertura de una investigación para iniciar un juicio político al presidente Joe Biden, debido a su presunta implicación en los negocios en el exterior de su hijo Hunter Biden, cuando el actual mandatario ocupaba la vicepresidencia del país, durante la gestión de Barack Obama.
Si bien el control del Senado por parte del oficialismo sugiere que el impeachment de Biden tiene pocas chances de tener éxito (como tampoco prosperaron los dos juicios políticos contra Donald Trump impulsados por los demócratas durante el mandato del republicano), este nuevo capítulo en la trama sobre la supuesta conducta criminal de Hunter Biden —quien a fin de mes será imputado por la Fiscalía de EEUU por delitos fiscales y la compra de un arma mientras estaba en tratamiento por adicción a las drogas— exhibe el creciente riesgo político y judicial de un escándalo de corrupción que la Administración demócrata había buscado sin éxito evitar por todos los medios. de cara a las elecciones generales del 2024.
En ese sentido, el semanario The Economist afirma en un artículo que el caso incluye demasiados detalles "incómodos" para la Casa Blanca en su intento de despegar a Joe Biden de la conducta criminal de su hijo, especialmente en relación a su trabajo como cabildero de firmas chinas y ucranianas.
Entre los aspectos sospechosos de la trama, la revista británica señala el uso de tres seudónimos por parte del entonces vicepresidente para discutir con Hunter en correos electrónicos asuntos ligados a lo que llaman las "cuestionadas prácticas comerciales de su hijo".
"Ian Sams, portavoz de la Casa Blanca, sostiene que los líderes gubernamentales han utilizado durante décadas alias para evitar el spam y la piratería informática (...) Pero eso no explica por qué dos de las cuentas de correo electrónico que aparentemente utilizó Biden eran cuentas privadas de Gmail en lugar de cuentas oficiales del Gobierno. Tampoco explica el intercambio de correos electrónicos entre Joe Biden y Hunter Biden sobre el posible nombramiento de John McGrail, un amigo de Hunter que ahora es funcionario del Tesoro, para el equipo de Joe Biden. Una recomendación no tiene que ser corrupta en sí, pero sí sugiere que padre e hijo hablaban sobre trabajo", observa The Economist.
El medio recuerda que el el presidente republicano del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, James Comer, que ha estado investigando las actividades de Hunter Biden desde enero, viene solicitado desde mediados de agosto que se le entreguen los correos electrónicos intercambiados entre padre e hijo.
Su argumento, explican, es que estos mensajes digitales demostrarán que Biden, de hecho, sabía en detalle lo que hacía su hijo en su rol entre 2014 y 2019 como miembro de la junta directiva de Burisma, una empresa ucraniana de petróleo y gas.
Según Comer, un email que ya se encontró en la computadora portátil de Hunter muestra que "Joe Biden estaba usando un seudónimo y le copió a su hijo sobre una transacción turbia".
"El resto de los correos", vaticina, "mostraría al presidente Biden íntimamente ligado a un esquema de tráfico de influencias. En particular, mostraría que, como vicepresidente, Biden intentó ayudar a su hijo presionando para que se destituyera a Viktor Shokin, exfiscal jefe de Ucrania, quien, según Comer, estaba investigando la corrupción en Burisma. Esto está respaldado por el testimonio de Devon Archer, uno de los socios comerciales de Hunter, que fue entrevistado por el comité de Comer el 31 de julio", sentencia The Economist.
Por todo ello, la revista asegura que el escándalo de corrupción en torno a Hunter Biden no muestra signos de agotarse, añadiendo que además es posible que el hijo del presidente de EEUU sea acusado de otros delitos por la Fiscalía, como ejercer el trabajo de cabildero para un Gobierno extranjero sin estar registrado como exige la ley estadounidense.
Este vendaval de malas noticias judiciales y sospechas sobre su propio comportamiento ya está dañando la imagen del mandatario, según apunta el medio.
De acuerdo con una encuesta de CNN, tres quintas partes de los estadounidenses creen que Joe Biden estuvo involucrado en los negocios de Hunter, una mala señal para sus aspiraciones reeleccionistas del año próximo.
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