Víctor Jara y la huella de "una vida dedicada a levantar el ánimo de su pueblo"
03:25 GMT 16.09.2023 (actualizado: 09:09 GMT 16.09.2023)
© Sputnik / A. Shévich
Síguenos en
El 16 de septiembre de 1973, el cuerpo del cantautor y director teatral Víctor Jara apareció acribillado en un descampado al sur de Santiago. El músico se transformó en el testimonio de la brutalidad del golpe de Estado contra el Gobierno democrático de Salvador Allende (1970-1973) y su legado traspasó fronteras y generaciones.
Jara fue detenido el 12 de septiembre de 1973, un día después de que los militares derrocaran al presidente Allende, maniobra con la que instaurarían una sangrienta dictadura militar.
Este 28 de agosto de 2023, la Corte Suprema ratificó la condena a exmiembros del Ejército Raúl Jofré González, Edwin Dimter Bianchi, Nelson Haase Mazzei, Ernesto Bethke Wulf, Juan Jara Quintana y Hernán Chacón Soto, a penas de 15 años y un día de presidio, en calidad de autores de los homicidios Víctor Jara y del político Littré Quiroga, quien fuera funcionario del Gobierno de Allende.
Además, los exuniformados deberán cumplir 10 años y un día de presidio, como autores de los secuestros calificados. Con la sentencia del máximo tribunal, y casi 50 años después del cruel asesinato de Víctor Jara, su caso se cerró definitivamente.
29 de agosto 2023, 16:26 GMT
En conversación con Sputnik el director ejecutivo de la Fundación Víctor Jara, Cristián Galaz, señaló que "en estas condenas hay un mensaje muy profundo a los perpetradores de crímenes de lesa humanidad. Y es que podrán pasar 50 años y más, y esos crímenes van a seguir siendo perseguidos y juzgados hasta que se haga justicia".
"Ese mensaje es muy poderoso. Creo que lo han recibido esos militares que todavía mantienen el pacto de silencio. Hay señales de que de alguna manera algo se resquebraja entre ellos, y algunos empiezan a reconocer aquello que nunca habían reconocido, que son los crímenes de lesa humanidad que cometieron", agregó Galaz.
"Cuando tengo que cantar espanto"
El 11 de septiembre de 1973, estaba previsto que Jara cantase en la inauguración de la exposición Por la vida… ¡Siempre! en la Universidad Técnica del Estado (UTE), lo que tenía como objetivo advertir y denunciar los peligros de una posible guerra civil en Chile.
Para 1973, Noemí Baeza trabajaba en el Centro de Extensión Artística de la UTE. En conversación con Sputnik, rememoró que para inaugurar la exposición habían decidido convocar a grupos musicales.
Sin embargo, Inti Illimani y Quilapayún no estaban en Chile. "Llamé a [la cantautora Isabel] Chabela Parra, pero estaba enferma, entonces me comuniqué con Víctor Jara". Todos los mencionados son los referentes del movimiento musical conocido como Nueva Canción Chilena, que se caracterizó por su compromiso social.
"'Víctor, tienes que ser puntual porque viene el presidente' le dije. Y aceptó. Víctor siempre era muy puntual, y también muy riguroso para el trabajo. También era multifacético porque era director de teatro, hacía muchas cosas. Era muy responsable en todo", detalló Baeza.
Detalló que esa mañana del 11 de septiembre de 1973 vio a Jara muchas veces hablando por teléfono con su esposa, Joan Jara. Luego, cuando los aviones de combate Hawker Hunter de la Fuerza Aérea bombardearon el Palacio de la Moneda (sede del Ejecutivo), se encontraban en el segundo piso de la UTE, viendo la humareda proveniente de la casa de Gobierno.
"Víctor estaba al lado mío. Durante toda su vida, su característica era su sonrisa, pero en ese momento no había nada. Estaba pálido y triste. 'Pensar que después vas a escribir sobre esto' le dije, pensando en sus versos, en sus canciones. No me contestó. Me escuchó, me miró, y no me contestó. Siguió mirando el humo", recordó Baeza.
Los miembros de la UTE, entre ellos Baeza y Jara, decidieron quedarse esa noche en la sede universitaria, puesto que no había locomoción y había comenzado el toque de queda decretado por los militares. Esa noche el músico cantó algunas canciones en medio de la tensión y la incertidumbre que se vivía en el país.
"Nos juntamos a tomar café. Había calma, pero era esa calma antes de la tempestad. Fue la última vez que vi a Víctor", relató Baeza.
Nomeí Baeza en la inauguración de 'Por la vida... ¡Siempre!'
© Sputnik / Alexis Polo González
En la mañana del 12 de septiembre de 1973, la UTE fue atacada con artillería pesada por parte del Ejército y más de 600 miembros de la comunidad universitaria fueron detenidos, torturados y algunos, como el caso de Jara, fueron ejecutados.
El cantautor pasó días siendo sometido a crueles torturas al interior del Estadio Chile, recinto que fue utilizado por los militares como un centro de detención y tortura. En ese lugar, escribió sus últimos versos.
"Canto, qué mal me sales / cuando tengo que cantar espanto./ Espanto como el que vivo, como el que muero, espanto. / De verme entre tantos y tantos momentos del infinito / en que el silencio y el grito son las metas de este canto. / Lo que nunca vi, lo que he sentido y lo que siento hará brotar el momento…"
El cuerpo de Víctor Jara fue encontrado el 16 de septiembre por dos pobladores en el sector sur de Santiago. Tenía 44 impactos de balas: dos en la cabeza, seis en las piernas, 14 en los brazos y 22 en la espalda.
9 de septiembre 2023, 02:50 GMT
Trascendencia
Pese a que los militares golpistas quisieron callar a Víctor Jara para siempre, lo cierto es que su voz se multiplicó y su canto, al igual que su figura, atravesó fronteras y generaciones.
En conversación con Sputnik César Tudela, periodista especializado en la cultura popular chilena, señaló que Víctor Jara "dejó una discografía riquísima, donde uno puede ver el talento, la creatividad y la misma evolución musical de este compositor sobre todo inquieto".
"Tiene la riqueza de que él, al venir desde otra rama del arte, como es el teatro, le da una impronta, una cosa muy rica a la canción popular. No solo por el rescate del folclore y la música de raíz, sino finalmente por cómo él conjuga un mundo", agregó el periodista.
Tuleda explicó que Jara era consciente de su poder creador y que siempre lo utilizó para componer canciones de denuncias sociales y retratar la injusticia del Chile a fines de los 60.
"Él sabía y entendía que tenía la responsabilidad de darle otro tipo de música a su pueblo. Crea, por ejemplo, el disco Canto por travesura, que tenía canciones más picarescas y dejó un poco la canción social después de discos tan potentes como El derecho de vivir en paz", señaló el entrevistado.
"Eso habla de que Víctor Jara era un hombre con una amplitud, con una mirada, con una grandeza, como pocos ha habido en esta patria. (…) Fue tocado con esa varita mágica, con esa sensibilidad artística que lo elevó más allá que cualquier otro", concluyó Tudela.
16 de septiembre 2022, 16:45 GMT
Para Cristián Galaz es fundamental ver qué hizo concretamente el propio Víctor Jara para entender su magnitud. Después de haber triunfado en el teatro, a fines de los años 60, "decidió tomar la guitarra y cantarle a ese pueblo que empezaba a articularse para generar un movimiento que llevó a Salvador Allende al Gobierno".
"Decidió tomar esa guitarra, viajar por Chile, cantar y cantar para que ese pueblo se animara. Decidió seguir avanzando en cambios profundos de la sociedad chilena. Esa convicción se transformó en hechos concretos, en una vida dedicada a levantar el ánimo de su pueblo y a darle sentido a sus luchas", agregó el director ejecutivo de la Fundación Víctor Jara.
"Víctor Jara realmente creía en su pueblo, lo amaba y eso es lo que cosechó también su figura porque su pueblo hoy día lo ama y cree en él y lo considera uno más de ellos. Eso es una consecuencia de su vida. Son pocas las personas que entregan esa vida a un ideal mayor que lo sobrepasa y lo trasciende. Y eso hizo Víctor Jara", destacó Galaz.
No te pierdas las noticias más importantes
Suscríbete a nuestros canales de Telegram a través de estos enlaces.
Ya que la aplicación Sputnik está bloqueada en el extranjero, en este enlace puedes descargarla e instalarla en tu dispositivo móvil (¡solo para Android!).
También tenemos una cuenta en la red social rusa VK.
