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'La integración de las integraciones': China y Rusia se preparan para cambiar el rumbo de Eurasia

© Sputnik / Alexey Maishev / Acceder al contenido multimediaEl mandatario chino, Xi Jinping, junto al mandatario ruso, Vladímir Putin, el 21 de marzo de 2023
El mandatario chino, Xi Jinping, junto al mandatario ruso, Vladímir Putin, el 21 de marzo de 2023 - Sputnik Mundo, 1920, 22.10.2023
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Mientras la atención mundial se centra en el conflicto en Oriente Medio, uno de los principales acontecimientos del año acaba de tener lugar en Eurasia. Se trata del tercer Foro de la Franja y la Ruta promovido por China, que se celebró los días 17 y 18 de octubre y reunió a varios líderes mundiales, entre ellos el presidente ruso, Vladímir Putin.
Con motivo del décimo aniversario del lanzamiento de la iniciativa de la Franja y la Ruta (o Nueva Ruta de la Seda, como también se la conoce), el foro reunió a representantes de los países participantes en el proyecto para debatir las perspectivas de futuro.
Ciertamente, el proceso de la Nueva Ruta de la Seda de integración regional en infraestructuras de transporte terrestre y marítimo, lanzado por el mandatario chino, Xi Jinping, en 2013 fue el resultado del deseo de China de aumentar su influencia política y económica en Eurasia, contando al mismo tiempo con el fundamental apoyo de Rusia.
De hecho, incluso antes del lanzamiento de la Nueva Ruta de la Seda, Moscú ya buscaba proyectarse como líder importante de un bloque económico euroasiático multinacional —e independiente—, empezando por la formación de una Unión Aduanera con Bielorrusia y Kazajistán en 2010, cuyo objetivo era eliminar las barreras al comercio y establecer una política arancelaria común para la importación de productos de terceros países.
Cuatro años después, en 2014, bajo el liderazgo de Moscú, se formó la Unión Económica Euroasiática (UEE), que, además de Rusia, Bielorrusia y Kazajistán, incluía también a Kirguistán y Armenia. Al igual que la Unión Europea, la UEE pretendía establecer la libre circulación de bienes, servicios, capitales y mano de obra entre sus países miembros.
Además, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, llegó a comentar en 2011, cuando aún se estaba ultimando la idea de formar la Unión Económica Euroasiática, que la organización representaría "una poderosa asociación supranacional capaz de convertirse en uno de los polos del mundo moderno y servir de puente entre Europa y la dinámica región Asia-Pacífico". La estrategia rusa consistía en crear un "polo de poder" euroasiático en el sistema internacional, aprovechando los recursos naturales e industriales del continente. Esta idea, a su vez, también coincide con el pensamiento chino sobre la región.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping, el 18 de octubre, 2023 - Sputnik Mundo, 1920, 20.10.2023
Internacional
Rusia y China trazan en Pekín un nuevo orden económico
En términos energéticos, la UEE cuenta con cerca del 14% de la producción mundial de petróleo y alrededor del 19% de la de gas natural, un factor que confiere a la iniciativa rusa el poder suficiente para consolidar la importancia de Eurasia en la esfera geoeconómica global. Y una vez más, siguiendo el ejemplo de la época soviética dentro del Comecon (Consejo de Ayuda Mutua Económica), Rusia demuestra una superioridad evidente dentro del bloque, ya que es responsable de alrededor del 84% de su territorio, el 54% de su producción de petróleo, el 93% de su producción de gas natural y el 78% de su población total.
Sin embargo, dentro de Eurasia, Moscú ha valorado positivamente la iniciativa de integración continental promovida por Pekín a través de su Nueva Ruta de la Seda, que implica inversiones estatales chinas en infraestructuras en países asiáticos y europeos, destinadas a construir carreteras, puertos, gasoductos y ferrocarriles para transportar más eficazmente la producción china a estos mercados y viceversa.
Con todo, conviene recordar que la Nueva Ruta de la Seda abarca alrededor del 55% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, el 70% de su población y el 75% de sus reservas energéticas, lo que la convierte en uno de los proyectos más ambiciosos emprendidos por una gran potencia en la historia. En este contexto, Vladímir Putin y Xi Jinping firmaron en 2015 una declaración conjunta sobre la necesidad de armonización entre la Unión Económica Euroasiática (bajo liderazgo ruso) y la Nueva Ruta de la Seda (bajo liderazgo chino), abogando por la "cooperación chino-rusa en Eurasia".
Para Occidente, esto representaba una auténtica pesadilla geopolítica, dado que la combinación del poder económico de China y los recursos energéticos de Rusia convierten a Eurasia en un "actor geopolítico global" de máxima importancia. Al fin y al cabo, lo que proponen Moscú y Pekín, cada uno a su manera, no es una simple iniciativa clásica de integración regional, sino un megaproyecto que abarca los más diversos ámbitos de cooperación (desde la economía hasta la cultura) y que, una vez puesto en práctica, conducirá a la creación de una "Eurasia autónoma e independiente" en la escena internacional.
El presidente de China, Xi Jinping, y el presidente ruso, Vladímir Putin - Sputnik Mundo, 1920, 19.10.2023
Internacional
La relación China-Rusia refleja "un simbolismo desafiante a la hegemonía de Occidente"
Al mismo tiempo, como destacó Putin en una entrevista con un canal estatal chino, esta unión chino-rusa en el continente euroasiático que estamos presenciando hoy no surgió como resultado de la reciente situación política; al contrario, se ha ido construyendo gradualmente a lo largo de las últimas décadas. Empezando por la resolución de asuntos espinosos, como la demarcación fronteriza entre ambos países en 2004, ha evolucionado desde entonces para eliminar cualquier cuestión que pudiera impedirles avanzar en sus relaciones bilaterales.
Como resultado, China ha tomado el relevo de Alemania como principal socio comercial de Rusia desde 2009, mientras que hoy Rusia ocupa el primer lugar entre los proveedores de recursos energéticos al mercado chino. Mientras tanto, se espera que los suministros de gas ruso a China en 2023 alcancen los 22.000 millones de metros cúbicos, frente a los 15.000 millones de metros cúbicos exportados en 2022. Estas relaciones económicas se reflejan precisamente en la confianza mutua que existe entre rusos y chinos, que a su vez se manifiesta en su deseo de impulsar conjuntamente tanto la Unión Económica Euroasiática como la Nueva Ruta de la Seda.
De cara al futuro, cabe esperar que la coordinación entre Rusia y China que engloba ambas iniciativas haga honor al sobrenombre de integración de integraciones. En este sentido, poco puede hacer Occidente para impedir la realización de este plan encabezado por Putin y Xi, un plan que convertirá a Eurasia en un centro de poder mundial y que tiende a cambiar la propia historia del mundo en el siglo XXI.
Las opiniones expresadas en este artículo pueden no coincidir con las del equipo editorial.
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